domingo, 19 de abril de 2015

Nacimos

Nacimos, te expulsé como un pescado resbaladizo que cruza el círculo de fuego de mi vagina. Ese día  recordé. Nacimos y recordé quién era. Nacimos y recordé los valles, el aroma a pasto húmedo en invierno, la leña quemándose en la cocina, la lluvia interminable,recordé. Nacimos y me vi caminando entre las cosechas de choclo, me vi hundiendo mis manos en la tierra para rescatar la papa, me vi correteando las gallinas, sacudiendo las palmas. Nacimos y recordé las montañas, los bosques, los niñxs correteando a mi lado, las nubes, el cielo estrellado, los animales, los tiempos y los ciclos circulando junto a mí. Nacimos y recordé el frio y el hambre que trajeron los usurpadores, el río teñido de sangre, el miedo y la incertidumbre de vivir arrinconadxs en una choza…Nacimos y me acordé de la miseria, de vivir con tanto y poder tomar tan poco. Nacimos y miré a mis hermanxs pasar hambre,  a lxs animales enfermxs de pena, a la tierra cercada por rejas, a mi madre cargar sola con decenas. Nacimos y volví  a recordar las peripecias para comer bien en invierno y verano, recordé el aroma a tunas frescas, a huesillos sobre el techo, el olor de las granadas otoñales. Recordé las gallinas muertas, y su cogote estirado, el olor a pluma quemada, el olor a guano en todos lados, el olor a caca de los pozos ya cerrados. Nacimos y recordé la huida al mar. Nacimos y vi mi piel quemada por el sol. Nacimos y recordé las olas, la venta de limones,  la recolección de cocos, la tostadura de avellanas. Vi mis manos incansables tejer y destejer por siglos la ropa de todos. Nacimos y recordé la alegría de  cantar a lo divino, de tocar el poto a la guitarra, de tomar vino a destajo, de reírme a carcajadas. Nacimos y volvía a sentir  el dolor de perder a mi hombre tan joven, destrozar las esperanzas y cargar con el universo al hombro.

Nacimos y recordé. Me ví emigrando a la ciudad. Queriendo ser otra, queriendo tener cosas.  Nací y recordé el orgullo herido, la clase pisoteada, los sueños constreñidos, los hijxs contenidos. La angustia de no saber leer. Nacimos y recordé cómo me nacieron a mis hijxs en un cuarto opaco de hospital, como los llenaron de leche de tarro y los pincharon sin decirme si quiera por qué.  Nacimos y recordé las madrugadas  gélidas, las manos de mi pequeña helada acurrucada en una frazada corriendo para tomar la micro y no perder la hora en el hospital. Nacimos y recordé la angustia de no querer  más hijxs porque no había de dónde comer, porque no había justicia y la dictadura y su mano gris opacaban todo rastro de dignidad.
Nacimos y recordé mis manos con sangre menstruante  lavando mis trapos, estrujándolos en baldes, rociando las plantas.  Nacimos y recordé el olor a manzanilla caliente acurrucando mi utera, las papas cortadas en mi frente, el remedio pal empacho, la comadre que reparaba huesos, la señora que santiguaba, la monedita con mentolatum y la cinta roja sobre mi pecho.
Nacimos y recordé mi paso por el liceo de niñas, la prueba de aptitud, la esperanza de saber más para ser otra, para ser como las otras no fueron, para que me miraran diferente. Nacimos y recordé el cáncer, la universidad, los sueños, los ideales, el arte. Nacimos y recordé cómo la academia se comió la espontaneidad que muchxs de nosotrxs resguardaba como un tesoro. Nacimos y recordé cómo me entrenaron para valorar la cultura y la lengua de otros, la Historia de otros, los triunfos de otros, la vida de otros.
Naciste y pude ver los encierros disfrazados de neoliberalismo. Naciste y te acurruqué mientras miraba por mi ventana centenares de cajas grises aglomerarse por la ciudad. Naciste y me vi encerrada en el cuadrado perfecto de la razón y el consumo. Naciste y te canté canciones de tuto que borronearon los muros. Naciste y un corte en mi vientre tuvo que ser la escusa perfecta para hacerme recordar.
Nacimos, naciste, solté, liberé, devolví, agradecí y mis pechos se llenaron del néctar blanco. Naciste y recordé lo hermoso que es cargar, oler y lamer otra piel. Naciste y me enseñaste a sanar, a sonreír, a acariciar y jugar otra vez. Naciste y pude recordar quienes fui, las otras que estuvieron antes que mí. Desperté, ahora  puedo volver a convertirme en otra con la alegría de soñar…

1 comentario:

  1. Llegué rebotando hasta tu blog. Soy una madre gestante, y me encantó tu escrito!
    Un gran abrazo :)

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