sábado, 10 de mayo de 2014

Madre hay una sola?


Por suerte no. Por suerte las mujeres que devenimos madres somos tan múltiples como las mujeres que deciden o les ocurre no tener hijxs. Por suerte esas caricaturas de madres absorbentes y absorbidas en la vida de los demás son -en gran parte- pertenecientes al imaginario colectivo de cuánta amenaza significa la maternidad.
Una simple mirada a las muy emotivas publicidades de éste día pueden darnos una visión del abanico de mujeres que deslumbra como un ente superior: madres abnegadas, felices, madres suficientemente buenas, madres poderosas y multimujeres; mujeres “hacendosas” que todo lo pueden, madres con un amor infinito, incondicional, que se multiplica en entrega y cariño, madres ejecutivas, glamorosas, “regias”, sexys, privilegiadas en su divina fecundidad de mujer…
El mensaje comercial es estremecedor, apela a una entrega y abnegación de niveles sobrehumanos y apela también a una recompensa que no se mide en bienes materiales, se mide en actos y afectos. Según esta mirada, habrá que conformarse con collares de fideos, dibujos, portalápices pintados, las que corren más suerte se les otorgará electrodomésticos para que su vida cotidiana sea más fácil y para las madres que “trabajan” los aparatos de retribución son apropiados a la tecnología de sus nuevos tiempos…
El clima de este día está eclipsado por chocolates, flores, desayunos y almuerzos familiares. Un homenaje anual para una actividad maternal que la mayoría de las veces resulta ser solitario, agotador, obligatorio y no cuestionado. El resultado de este domingo es una sociedad engolosinada con esa madre dadora de vida y esfuerzos que entrega sus días por abnegación…
Aquí pongo la pata en el freno y digo ¿abnegación?...En realidad las mujeres trabajamos como “obreras gratuitas” ¿sólo por abnegación? ¿Ejercemos las labores de cuidado de lxs otrxs, la gestación de la vida, la reproducción de lo cotidiano sólo por una “gratificación psíquica y algunas cuotas de poder dentro de la familia y pareja”?...las imágenes de las madres se vuelven a multiplicar, la madre fálica, la madre castradora, la madre absorbente, la madre castigadora, la madre golpeadora, la madre del padre del “pater”...la suegra… madres parecidas a la madrastra de cenicienta…
Es fácil contraponer las dos caras de la moneda, es fácil asignar un negativo a un ente imaginario cargado de toda bondad. Binomios otra vez, como si la vida fuera en blanco y negro, como si asignarle un lugar a la otra en “el bando contrario” nos tranquilizara. Así actúa la arquitectura simbólica, en base a arquetipos y estereotipos colectivos, vamos construyendo el edificio de nuestros valores.
“Madre suena muy patriarcal y debilitante”, leí hoy por ahí en las redes virtuales. ¿Será que éste mismo poder de abnegación ha expulsado a algunas nuevas mujeres a ansiar la tan anhelada maternidad? Claramente se unifica maternidad/trabajo doméstico. Como si fueran en el mismo pack. Nadie quiere ser la señora que limpia wáter todo el día, ni saca pañales, ni prepara comidas para una tropa, ni limpia tan eficazmente como “mr musculo” su cocina.
Sin embargo, gestar vida, cuidar vida y encargarse de lxs otrxs requiere mantener todo el aparataje domestico que implica la división de tareas instalada por la familia nuclear. Está demás decir que las que desarrollan esta labor diaria, gratuitamente y en forma alienante son mayoritariamente mujeres.  Mujeres son también las que creen que les corresponde a ellas desarrollar dobles, triples jornadas, muchas veces jactándose de su capacidad para realizar múltiples tareas y sin ayuda de nadie, y otras veces enjuiciando y apuntando con el dedo a las que detienen su marcha para  detener un ejercicio esclavizador naturalizado por toda la sociedad.

La cosa está así, y está bueno recordarlo en el día de las mamacitas. Las mujeres madres si “trabajan”, muchas veces 24/7, las mujeres madres ejercen labores cotidianas que mantienen la reproducción del sistema con una fuerza laboral sin retribución económica.  Las mujeres madres mantienen el cuidado de la vida y gestan vida que posteriormente serán “personas concretas”, “ciudadanxs” que movilizarán una fuerza creativa, laboral importante para el país. Estas mismas mujeres madres gestan vida y la cuidan sin cobrar un sueldo al estado por esta labor. Estas mujeres madres no tienen la opción a decidir ser madres en un país sin legislación de aborto, como el nuestro.
Estas mujeres madres muchas veces son mujeres jóvenes, estudiantes que deben paralizar estudios, vida escolar para criar a sus hijxs con los medios materiales que cuentan en ese momentos, porque en nuestro país no hay leyes de natalidad ni subvenciones estatales para estos “casos”. No existe postnatal de seis meses ni nada parecido para paralizar una carrera profesional que como su nombre lo indica, es una competencia por obtener un título profesional.
Muchas mujeres madres o que ya han sido madres no cuentan con garantías de cobertura de salud ni previsión para su vejez, esto quiere decir que después de trabajar toda una vida gratis, de cuidar de otrxs gratis, no se contará con una cobertura financiera para terminar sus años con “dignidad”. Una estrategia macabra que perpetúa el sistema doméstico de dependencia y sumisión.
Muchas mujeres madres crían solas porque el compañero no está, se fue, se esfumó y deben acceder a trabajos precarios de subcontratación donde sus sueldos son un chiste comparado con las horas laboralmente ejecutadas. Muchas mujeres madres deben acceder a estos trabajos para “compatibilizar” crianza y gestión de recursos. Muchas mujeres madres se encuentran a merced de explotadores para llevar su salario a la casa. Muchas mujeres madres dejan sus hijxs en manos de otras mujeres para salir a trabajar, muchas veces cambiando de región, porque el sistema no provee una educación preescolar similar al contacto familiar, porque el sistema cuenta con escaso financiamiento a un área primordial de la formación humana.
Muchas mujeres crían juntas, deciden ser madres, conformar familia desde prácticas sexuales disidentes. Cuando dos madres quieren legitimar socialmente su parentesco se encuentran con toda una barrera legal para otorgar los mismos derechos a sus hijxs. Estas mujeres madres no pueden tener la tuición de sus hijxs, ni registrar sus apellidos, sólo porque ambas tienen nombre de mujer… Estas mujeres madres se esconden e intentan ocultar lo que sucede dentro de casa, porque allí fuera hay un montón de dedos para apuntarlas como deformación, patología, aberración anti-natura que causará grandes estragos en la mente de esxs pobres críxs…
Muchas mujeres madres y mujeres gestantes no cuentan con movilización propia y deben acceder a sus lugares de trabajo en un espacio público y en un transporte colectivo que está años luz de sus necesidades… ¿has viajado con un hijx pequeñx en tus manos y otrx en brazos en horario punta?... ¿Has viajado en el metro lleno con 33 semanas de embarazo? Quién va andar así con tremenda guata?, ¿quiénes?  Las mujeres asalariadas deben continuar sus labores hasta un mes y medio antes del parto…
Muchas mujeres madres tienen problemas para “compatibilizar” su trabajo asalariado con su rol de madres, con horarios alienantes de más de 12 hrs con traslados que impiden compartir con sus pequeñxs tiempos de calidad. Muchas mujeres madres tienen problemas en sus trabajos asalariados al momento de salir al médico, a reuniones, a citas en el colegio, cuando se enferma un crío porque esta sociedad le da prioridad a la producción de bienes y servicios más que al cuidado de la vida.
Muchas mujeres se enfrentan con un sistema médico humillante y agresivo que les da la bienvenida a su rol como madre en partos no respetados, violentados e intervenidos, con cesáreas innecesareas que les hace pensar que su cuerpo no puede parir. Muchas mujeres que se están iniciando como madres son saboteadas en sus procesos de lactancia por recetas médicas, comentarios tendenciosos que impiden la conexión con sus crías y fomentan una industria comercial de leches sucedáneas.
Está bueno saber esto y mucho más cuando nos conformamos con regalar una rosa o un paquete vistoso de una grande tienda en este día. Esta bueno saber esto cuando nos llenamos la boca diciendo que no festejamos celebraciones comerciales y no pescamos a nuestra vieja ni en bajada. Esta bueno saber esto en un día meloso y lleno de amor superficial, lleno de oxitócina artificial, que conmemora una imagen y no las mujeres madres de la realidad.
Las mujeres madres si existimos y estamos muy lejos de ser la vergüenza de un feminismo neoburgués, masculinizador con ideas anglosajonas. Estamos muy lejos de esa caricatura de seres sin voluntad sometidas por siglos a trabajos forzados. Estamos muy lejos de ser la imagen de “víctimas indefensas”, objetos de estudio, objetos cuantificables para sus análisis…
Yo conmemoro a mi madre y su lucha en este día, no porque se trate de una “fiesta village” sino porque la ocasión provee el espacio para gritarles a todxs que lejos de ser una deshonra, las mujeres madres han estado en resistencia por años. Resuena en mis oídos el día a día de una lucha por sobrevivir, somos el legado de generaciones de mujeres en lucha. ¿Por qué todxs nacemos de una mujer, o no?
Es nuestro turno de hacer ver lo invisible, nos toca a las nuevas mujeres madres, a lxs nuevxs m (p)aternidades ejercer nuestro rol político. Lejos de estigmas y preconceptos estereotipados. Hacer notar que lo personal es político, y que lo que pasa dentro de casa también debe ser una preocupación social.
Nos toca como generación ejercer nuestro derecho a decidir si queremos gestar o no, a exigir maternidades deseadas, acompañadas y complementadas en el rol doméstico por nuestrxs compañerxs, por una sociedad que retribuya el tiempo que dedicamos al cuidado de lxs otrxs.
Nos toca exigir una vida más tranquila pausada y en armonía con la madre tierra, con los ritmos vitales, y con cercanía a la humanidad. Valorar el contacto cotidiano con lxs nuestrxs con lxs otrxs, cuidar de lxs otrxs, como un valor agregado a nuestras vidas y no como una carga pesada que tenemos que llevar, sin olvidar el potencial político de la resistencia y la autoconciencia.
Nos toca hacer notar la sexualidad femenina como un continuum que necesita autoconomocimiento, formación y la sabiduría de otras para comprender nuestros procesos internos. No basta con exigir una ley de aborto, si el sistema  biomédico sigue pisoteando nuestros cuerpos y desprovisionandonos de la autonomía…
Está comenzando la pelea por los "valores": la familia, la vida, la maternidad...deben dejar de ser un baluarte de derecha! No solo hay que reapropiarlxs,  hay que destrozarlxs, destrozarnxs y reformularlxs. Hay que dejar de lado la mirada reduccionista del “heteropatriarcado” (que por antonomasia requiere de un “homopatriarcado”) para despojarnos de nuestros vestidos de hijx y comprender que podemos desplazar las categorías, que podemos fluir, y reapropiar. Pero en la vida real, dónde las papas queman, construyendo en lo casero, en la cotidianidad familiar…
Sabotear este discurso conservador significa ejercer nuestros maternajes como madres impúdicas... desobedientes...contestatarias...promiscuas…transgresoras de la norma cultural… negociadoras de sus tiempos...Significa hablar desde la maternidad como un acto político. Significa Resistir!
Maternar con libertad, significa liberarse de la imagen sacrificial, de la culpa, de los miedos, de la eterna responsabilidad de la especie. Significa liberarse de la sacralización de lo materno, para devenir mujeres reales y concretas que aceptan sus propias carencias, sus propias angustias, sus propios límites para entender la historia con la que crecimos, para entender el sistema patriarcal, adultocéntrico y exitista que nos ha excluido…
Pero también significa tener conciencia del impacto que este ejercicio conlleva para quienes nos rodean. Una resistencia cotidiana, basada en las rutinas diarias, en lo que aprendemos en casa, debe forjar una crianza en libertad, con respeto y cercanía generador de un enorme potencial de “libertades cruzadas”.
Libertad y autonomía para lxs pequeñxs que estamos criando, que consideramos personas desde que nacen y no como seres inferiores que debemos completar…Libertad para los hombres, porque una crianza en libertad invita a nuestros compañerxs a liberarse de dinámicas machistas y heteronormativas para contemplar lo doméstico como una corresponsabilidad familiar. Nos invita a autoinspeccionar nuestros propios preconceptos de crianza, nos invita a reflexionar sobre las bases del amor romántico y a cuestionar las prácticas de la familia nuclear.
Una crianza en libertad invita a sentar las bases de una sociedad nueva basada en relaciones más humanas, solidarias, cooperativas y donde la crianza de lxs más pequeñxs sea una responsabilidad colectiva y una prioridad social. Una crianza en libertad invita a exigir horarios de trabajo para vidas vivibles, cercanas, humanas donde el reconocimiento no se base sólo en términos económicos, pero que tampoco queda relegado a pactos implícitos y negociaciones interpersonales.
Un maternaje consiente, libre y en resistencia no debiese despreciar ni subvalorar las labores realizadas a cambio de retribuciones no basadas en el intercambio monetario. Debiese contemplar una mirada más amplia que unos cuantos siglos de paradigma eurocentrista, capitalista y neoliberal, para buscar en nuestras raíces y promover una civilización más justa…
Otros textos de maternidad y subversión:

http://mariallopisdesnuda.com/2014/05/la-maternidad-en-la-sociedad-capitalista-es-el-esclavismo-del-siglo-xxi/
https://mujeresenlablogosfera.wordpress.com/2010/05/13/lo-que-oculta-el-dia-de-la-madre/
http://laberintosdelament.blogspot.com/2013/09/amor-materno-del-paradigma-la-verdad.html
http://lapuntadaconhilo.blogspot.com/2014/03/maternida-obligatoria-en-hile.html

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