Este texto, lo comencé a escribir hace un par de meses como parte de un proceso de distanciamiento con los foros maternales. Se encuentra fragmentado, “mal redactado” y escrito a jirones, en el tiempo que la gestación de mi segundo hijx y la crianza de la primera me han posibilitado…Lo dejo así como testimonio de mis propias cavilaciones y del rumbo que adquirió mi pensamiento político cuando conocí a Adriana Guzmán y Julieta Paredes, feministas comunitarias, que con su pasión desbordante me hicieron girar la cabeza y el corazón hacia otra concepción de crianza…
Es difícil hablar de este tema cuando eres parte de esta “secta”… aún más cuando eres parte de la organización de grupos y círculos de crianza. Pero es aún más difícil cuando sientes como herencia de tu práctica feminista la suspicacia…Espero que mis líneas adquieran un tinte de humor y de irreverencia para mirar con escepticismo la práctica cotidiana desde el mismo quehacer.
El concepto de “neo maternidades” es un invento reciente y primer mundista, que nos llega como concepto revelador a las mujeres que estamos experimentando la vivencia de maternar niñxs pequeñxs. Digo primer mundista porque vuela de la hegemonía eurooccidental pasando por el filtro español para llegarnos a las sudakas como la panacea de la “crianza con apego”, crianza natural, crianza respetuosa, entre otros muchos nombres para significar una forma de abordar las maternidades desde un paradigma de cercanía.
…Desde esta crianza natural, las vivencias experimentadas por otras madres que nos antecedieron se sitúan en la blogsfera desde otras latitudes del planeta. Algunos textos de estas mamás blogeras sitúan esta “nueva maternidad” en mujeres urbanas, profesionales o con estudios superiores, que postergan su decisión de tener hijos después de la treintena, que manifiestan una estabilidad económica y se caracterizan por recurrir a especialistas en temas de crianza como son las lecturas de Carlos González, Rosa Jove y Laura Gutman, entre lxs más nombradxs…
No sé si estas características se cumplen a cabalidad en nuestro país, lo que sí puedo garantizar es que gran parte de las mujeres ancestrales de Abya Yala desde hace tiempo cargaban siempre consigo a sus wawas, entonces esto de la crianza con cercanía no es algo tan nuevo para estos andares del continente…
La reactualización de estas prácticas se pueden percibir en un abanico de mujeres, desde chicas muy jóvenes que viven situaciones muy precarizadas pero que deciden llevar a cabo una “crianza con apego” hasta mujeres con muchos recursos y capital cultural que “posterga” sus actividades profesionales por esta “conexión simbiótica”. Las mujeres que conozco que maternan de esta forma recurren a las redes virtuales para estar acompañadas en sus puerperios y encontrar cercanía, mujeres que participan de foros virtuales, leen pdf pirateados, comparten experiencias de crianza en grupos de face y las menos que se atreven a participar de encuentros en vivo cuando se les propone… O sea que lo que todas tenemos en común a demás de devenir madres desde otros paradigmas, es acceder a una cuenta de internet que hace las veces de ventana al exterior desde un solitario aquí y ahora…
Una forma de reconocernos entre pares de “neomaternidades” es mirar tres prácticas indispensables en la crianza de primera infancia; Como si fuera un videojuego puedes hacer un chequeo rápido a tres filtros. El primero la teta a disposición, lactancia materna a demanda y ojala extendida, filtro dos utilizar artículos de “porteo” o “portawawas ergonómicos” (nótese que imaginamos la posición de ranita cuando decimos ergo), y por último confirmar que colechan (o sea no dejar de ser madre ni para dormir con la wawa)…Luego vienen niveles superiores de especialización “neo-materna” no apta para principiantes como usar pañales de tela reutilizables o practicar BLW… Ahora rompes todos los records si eres capaz de identificar un bebé que práctica la comunicación de la eliminación y la autonomía pikcleriana…
Se trata de toda una serie de nuevas prácticas y saberes que propugnan la “crianza natural” una crianza cercana e impregnada de conocimientos “mamíferos” que desestiman la parafernalia tecnológica que ofrece el mercado y que muchas de nuestras madres o abuelas hubieran peleado porque sus hijxs obtuvieran como “lo mejor” (cunitas, coches, biberones, formulas lácteas, andadores, jumperos y todo un mundo diseñado para el consumo de este nuevo ser). Esta “ilusión de desprendimiento” de los artículos tradicionales de crianza nos hace parecer, muchas veces, más pobres de lo que somos ante nuestros parientes y amigxs que nos miran con ojos de recelo al hacerles participes de esta nueva “moda neohippie” artesanal…
Se pregona lo más “natural” asociándolo con lo primordial y para las “nuevas maternidades” lo principal es el contacto cercano y la respuesta inmediata a las necesidades del binomio “mamá-bebé”…Si porque este devenir madre te transforma –al menos los dos primeros años- en un “continuum” con tu pequeñx…ya no eres una..ni dos…somos UNO…FUSIÓN ….pura luz en transición cachai… eso hasta que termine la “exogestación” o la “simbiosis” y vuelvas a recuperar tus propios órganos, sentir tu propio cuerpo y tu propia vida…si tienes el privilegio de tener una… claro está…ó hasta que vuelvas a “quedar preñada”…y todo vuelta a empezar…
Lo “natural” se ve con ojos renovados como si pudiéramos alcanzar un nivel más cercano con lo puro, lo elemental, pero con lo especializado a la vez. Si buscas crianza con apego en la red te encontrarás con una serie de artículos que se esmeran por formular con ojos científicos las bondades de criar a tus hijxs cerquita, pegadaditxs a ti, sintiendo su olorcito…pero con el cuidado de no patologizar …(una palabra tan preciada para la ciencia)… crianza con apego, pero no “patológico”…Lo mismo sucede con las bondades de la lactancia materna, lo mismo con el colecho…todo es aceptable cuando se uniformiza…pero si escapa a esos patrones y se vuelve extremo…se mira con otros ojos…
Se trata de unos niveles de especialización que debe estar en las manos que corresponden, en las de expertos: médicxs, psiquiatras, psicólogos, nutricionistas…No en las manos de unas madres rebeldes que leen subgéneros de “crianza respetuosa” y se plantan en las consultas altaneras citando las recomendaciones de la OMS. Pareciera ser que una serie discursiva se trata de instalar para poner en palabras la cientificación de la crianza. No basta con la propia experiencia de criar, se necesita de todo un aparataje conceptual que describa de manera minuciosa, esmerada y prolija las condiciones y beneficios de esta práctica. (Claro, pienso en Foucault un filósofo francés que situaba la verborrea palabrística como otra forma de dominación…)
Puede parecer una paradoja que las “neomaternidades” tengan que prepararse “teóricamente” para disputar el terreno “instintivo” de la crianza…una práctica casera, cotidiana, ínfima, mal mirada, despreciada y por ende llena de potencial transformador… Puede parecer paradojal que para desprenderse de lo materialmente “artificial”, se haya tenido que sostener una sobre especialización en la cultura de lo “natural”. Estudiar los beneficios del parto respetado o de la lactancia materna requiere una importante inversión de tiempo para insertarse en la madeja discursiva, impregnarse de estos conocimientos y poder lidiar/ disputar el terreno de la gestación/nacimiento/crianza…
El problema de esta experticia es para qué/quién ser una experta…para ser una “buena mamá”?…¿para cumplir con los mandatos de género? ¿Para defender a nuestrxs hijxs?, ¿para continuar con la reproducción del sistema?... ¿Quizás debiésemos buscar en este amor/odio con la “cientificidad”, una historia discursiva que confina a la maternidad del siglo XX a una exigencia extra a los deberes de una dueña de casa? ¿cumplir con altos niveles de calidad en la educación de lxs hijxs, donde la mujer debería ser una experta…tal vez?
Porque sin lugar a dudas que refinar los niveles conceptuales y especializar la práctica del maternaje con nuevas teorizaciones puede correr el riesgo de caer en fundamentalismos…las “talibanas de la teta”, “tetalibanas”, nos dicen por ahí…las cuicas “neohippies”…las locas que deben tener nana pa poder leer -recostadas y dando teta- tanta teoría… Sin duda que se genera un sentimiento de culpa por no alcanzar los estándares de eficiencia requeridos…
Pero, ¿quién impone estos estándares? ¿El snobismo de una tribu virtual?, ¿Las argumentaciones escritas por los expertos en crianza natural/con apego/respetuosa? ¿Las teorías de comienzos de siglo sobre la higiene que atribuye a mujeres la responsabilidad de la salud familiar? ¿El discurso publicitario que sitúa el nuevo rol del “angel del hogar" como gestora del hogar? ¿El concepto progreso que sitúa a las mujeres ya no como “obreras gratuitas” sino que liberadas del trabajo físico -por los electrodomésticos- y enfocadas a usar su intelecto…? ¿la revitalización de estos valores a través de los medios de comunicación reactualizando los mandatos de género desde nuevos espacios?...¿nuestros propias lecturas del mundo?, ¿nuestras sombras no resueltas?...
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